Es así,
mentirosos. No se porque me sorprende la existencia de personas así, con
bastante imaginación, con la capacidad para inventar cosas, cosas que no pasan,
cosas que no son y no fueron, ni serán.
Si tuviera
que hacer una encuesta de quien alguna vez mintió y quien no, seguramente nadie
me podría decir que no mintió en algún momento de su vida. Pero hay mentiras y
mentiras. Uno tranquilamente puede hacer una mentira piadosa, como suele
decirse, una mentira que no afecta sentimentalmente ni nada por el estilo. Pero
hay otras mentiras, las que cuando te enteras, te duelen y cada vez que te
acuerdes de esa mentira, te duele más. Más si la persona que te miente es
alguien a quien le tenías confianza o al que creías tenerle confianza. Siendo así
te decepciona la idea de que esa persona hable mentiras, invente, te denigre,
hasta quizás te sientas traicionado.
¿Qué
hacemos cuando nos enteramos de algo que no es cierto? Si alguien, dice por ahí
mentiras sobre vos. Primero,
tranquilizarnos, porque si no hicimos nada no tenemos porqué reaccionar mal,
aunque en verdad es difícil. Es difícil porque da impotencia escuchar inventos.
Pero en fin, no solucionamos nada. Segundo, tener en cuenta a las personas que
nos valoran, nos respetan, nos conocen, esas personas son las que en un momento
así nos ayudan. Y saben de nuestra personalidad, por ende sabrán también
reconocer las mentiras. Tercero, como bien dice la frase “A palabras necias,
oídos sordos” ni mas ni menos. Ser tolerantes e indiferentes.
¿Cuándo
nosotros mentimos, lastimamos a otros? Depende de que tanto mientas, depende de
a quien le mientas, depende sobre que mientas, depende la mentira. Pero si,
muchas veces lastimamos a alguien que nos quiere. Así como nos lastimaron a
nosotros con mentiras e inventos. Y es ahí cuando deberíamos darnos cuenta de
que la mentira no es buena, porque al fin y al cabo, terminamos perjudicando a
otros y hasta a uno mismo.
La mentira
lastima. No cometamos los errores de otros, ni los que nosotros mismos hicimos
alguna vez.
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