domingo, 4 de marzo de 2012

¿Me quiere o no me quiere?


Que buena pregunta. Una que en varias ocasiones se nos ha pasado por la cabeza.

Pongámoslo de esta manera… Conocemos a alguien, un chico o una chica; desde el primer momento en que empezamos a hablarnos uno siempre se imagina qué podría pasar, solo por curiosidad, no porque sea un hecho. Ya que puede o no que nos sigamos hablando con esa persona.
En fin, empezamos a conocernos, a contarnos cosas, a tratarnos de una manera distinta, más confiadamente, más que como simple conocidos. Llega el momento en el que tenemos que saber diferenciar si solo es una amistad o si puede llegar a ser otra cosa. En el caso de que solo sea una amistad, esta bien porque quien dice que en un futuro todo sea distinto. O sino se genera una buena amistad, una duradera, que vale la pena y que luego agradecerás haber recibido, o quizás no.
En el caso de que pueda llegar a pasar otra cosa, en el que ambos puedan conocerse en otros sentidos, compartir momentos que no se olvidan, tantos buenos como malos y muchos más. También seria una experiencia buena. Siendo así, al mismo tiempo que conocemos más a la persona, también involucramos más nuestros sentimientos y los suyos. Llegan las dudas, confusiones, esperanzas, alegrías, tristezas, emociones, desilusiones, inseguridades, optimismos, placeres, temores, cariños, confianzas, amor, respeto, lealtad, entre mil otros.
Hasta incluso llegamos a pensar en que si nos quiere o no nos quiere, por mas que nos lo diga una y mil veces, hay momentos en que no lo sentimos así. Momentos en los que necesitamos que esas palabras sean demostradas. Porque como dice el dicho “Las palabras se las lleva el viento” así como hoy decís algo quizás mañana se te olvida. Y estaría bueno que no fuese así, que si decís o te dicen te quiero, lo sea de verdad y no simplemente un decir. Son momentos en los que tenemos la esperanza de que todas las palabras bonitas sean verdad. Porque nos hacen bien, tanto la persona como sus palabras.
Si nos dicen algo hiriente, nos hieren. Si nos dicen algo amable, nos beneficia.
Queramos o no, llega un tiempo en el que a la persona la queremos más y más, le sentimos más afecto y más confianza, lo tomamos como parte de nuestra vida. Y si llegara a irse es muy probable que nos afecte. Pero depende de cada uno como lo afronte.

En fin, cuando empezamos a querer a una persona como algo más que solo una bonita amistad, nosotros deseamos que nos quieran también y que valoren lo que somos. Sino formara a ser parte de un pasado que no pudo ser futuro.


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