Que buena
pregunta. Una que en varias ocasiones se nos ha pasado por la cabeza.
Pongámoslo
de esta manera… Conocemos a alguien, un chico o una chica; desde el primer
momento en que empezamos a hablarnos uno siempre se imagina qué podría pasar,
solo por curiosidad, no porque sea un hecho. Ya que puede o no que nos sigamos
hablando con esa persona.
En fin,
empezamos a conocernos, a contarnos cosas, a tratarnos de una manera distinta,
más confiadamente, más que como simple conocidos. Llega el momento en el que
tenemos que saber diferenciar si solo es una amistad o si puede llegar a ser
otra cosa. En el caso de que solo sea una amistad, esta bien porque quien dice
que en un futuro todo sea distinto. O sino se genera una buena amistad, una
duradera, que vale la pena y que luego agradecerás haber recibido, o quizás no.
En el caso
de que pueda llegar a pasar otra cosa, en el que ambos puedan conocerse en
otros sentidos, compartir momentos que no se olvidan, tantos buenos como malos
y muchos más. También seria una experiencia buena. Siendo así, al mismo tiempo
que conocemos más a la persona, también involucramos más nuestros sentimientos
y los suyos. Llegan las dudas, confusiones, esperanzas, alegrías, tristezas,
emociones, desilusiones, inseguridades, optimismos, placeres, temores, cariños,
confianzas, amor, respeto, lealtad, entre mil otros.
Hasta
incluso llegamos a pensar en que si nos quiere o no nos quiere, por mas que nos
lo diga una y mil veces, hay momentos en que no lo sentimos así. Momentos en
los que necesitamos que esas palabras sean demostradas. Porque como dice el
dicho “Las palabras se las lleva el viento” así como hoy decís algo quizás
mañana se te olvida. Y estaría bueno que no fuese así, que si decís o te dicen
te quiero, lo sea de verdad y no simplemente un decir. Son momentos en los que
tenemos la esperanza de que todas las palabras bonitas sean verdad. Porque nos
hacen bien, tanto la persona como sus palabras.
Si nos
dicen algo hiriente, nos hieren. Si nos dicen algo amable, nos beneficia.
Queramos o
no, llega un tiempo en el que a la persona la queremos más y más, le sentimos más
afecto y más confianza, lo tomamos como parte de nuestra vida. Y si llegara a
irse es muy probable que nos afecte. Pero depende de cada uno como lo afronte.
En fin,
cuando empezamos a querer a una persona como algo más que solo una bonita
amistad, nosotros deseamos que nos quieran también y que valoren lo que somos.
Sino formara a ser parte de un pasado que no pudo ser futuro.
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